martes, 27 de mayo de 2014

Dieta mediterránea

Hola de nuevo chic@s!!
Hoy os traigo una entrada sobre una filosofía de vida y una de nuestras mejores formas de alimentación.


¿Cómo se creó la dieta mediterránea?
El interés por el estudio de la Dieta Mediterránea surge en los años 50, cuando el profesor y fisiólogo Ancel Keys estudiaba  la incidencia de enfermedades cardiovasculares en diferentes países del mundo.
En este estudio demostró que en la isla de Creta se daban expectativas de mayor longevidad y la tasa de mortalidad cardiaca era tan solo el 10 % de la de EE.UU.
Algunas de las observaciones que Keys hizo sobre los hábitos alimentarios, y los rasgos más sobresalientes de los habitantes de Creta fueron:
·     Aporte bajo de proteínas de primera clase, es decir, bajo consumo de carne y productos lácteos.
·     Consumo preferente de aceite de oliva. Se observó un alto consumo de este tipo de grasa que suponía un alto aporte calórico de origen lipídico, superior al 40 %  de las calorías totales al día.
   Aporte rico en glúcidos, principalmente procedentes de cereales, frutas, verduras y hortalizas frescas y, por tanto, una dieta rica en fibra, vitaminas y minerales.
·       Consumo de vino acompañando las principales comidas, y actividad física no despreciable, ya que la mayoría de la población era eminentemente agrícola.
 
Desde este momento se proclamó la alimentación mediterránea como modelo a seguir en medicina preventiva, y es considerada actualmente una de las mejores dietas como promotora de salud y fuente de bienestar.

¿Qué características tiene?
Los alimentos o nutrientes que nos aporta dicha dieta, y que determinan su valor son los siguientes:
·         Gran aporte de cereales, legumbres, frutas, verduras y hortalizas.
·         Consumir pescado habitualmente.
·      Utilizar grasas saludables como el aceite de oliva y pescados azules que son una buena fuente de ácidos grasos Omega 6 y Omega 3.
·  Bajo contenido en grasas saturadas y proteínas de origen animal, reduciendo al mínimo el consumo de carne roja.
·         Como fuente de hidratación el agua y en las comidas, el vino.
·      Utilización de técnicas culinarias sencillas, utilizando productos frescos, de temporada y poco procesados.
·   Usar la fruta fresca como postre habitual reservando los dulces a ocasiones especiales.
·  Llevar una vida activa realizando ejercicio físico diariamente para contribuir a mantener un peso adecuado.


¿Qué beneficios nos aporta? 
La fibra procedente de cereales, leguminosas, frutas y verduras tiene un efecto beneficioso favoreciendo el tránsito intestinal; y en general contribuye a equilibrar el perfil calórico de la dieta.
·     Las vitaminas y minerales destacan por su función antioxidante en la lucha contra los radicales libres y sustancias tóxicas. Además se relacionan con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
·     El aceite de oliva, el pescado azul y los frutos secos reducen el nivel de colesterol, previniendo el riesgo cardiovascular.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 30 y 40 por ciento de los cánceres podrían prevenirse con medidas relacionadas con la dieta, el control del peso y la actividad física.

Incluir la dieta mediterránea en nuestra vida nos ayuda a recuperar la alimentación que tuvieron nuestros padres y abuelos generaciones atrás y además nos aporta numerosos beneficios.

¿A qué esperas para seguirla?

Besitos para todos       

Diana


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